¿Te gustaría que tu gato fuera más limpio e independiente? ¿Te cansa tener que limpiar su arenero todos los días? ¿Te molesta el olor y el polvo que genera la arena? Si has respondido que sí a estas preguntas, este artículo es para ti. Te vamos a enseñar cómo puedes lograr que tu gato use el inodoro para hacer sus necesidades, sin necesidad de comprar ningún producto especial ni gastar mucho dinero. Solo necesitas paciencia, constancia y seguir unos sencillos pasos que te explicaremos a continuación. ¿Te animas a probarlo? ¡Sigue leyendo!
Los beneficios de enseñar a tu gato a usar el inodoro
Antes de empezar con el proceso de entrenamiento, queremos convencerte de que vale la pena intentarlo. Estos son algunos de los beneficios que obtendrás si consigues que tu gato use el inodoro:
- Ahorrarás dinero en arena, bolsas y productos de limpieza.
- Evitarás el mal olor y la suciedad que produce la arena en tu casa.
- Reducirás el riesgo de infecciones o enfermedades para ti y tu gato, al no estar en contacto con sus desechos.
- Fomentarás la inteligencia y la confianza de tu gato, al aprender una nueva habilidad.
- Mejorarás la convivencia y la relación con tu gato, al no tener que regañarlo ni castigarlo por hacer sus necesidades fuera del arenero.
Los pasos para enseñar a tu gato a usar el inodoro
Ahora que ya sabes los beneficios de enseñar a tu gato a usar el inodoro, vamos a ver los pasos que debes seguir para conseguirlo. Recuerda que cada gato es diferente y puede tardar más o menos tiempo en aprender, así que no te desesperes ni lo fuerces si ves que no avanza. Lo importante es ir poco a poco y respetar su ritmo.
Coloca el arenero en el baño
El primer paso es acostumbrar a tu gato a entrar en el baño y hacer sus necesidades allí. Para ello, debes colocar su arenero cerca del inodoro, donde pueda verlo y acceder fácilmente. Es posible que al principio le cueste adaptarse al cambio, pero con unos días de paciencia y algunos premios o caricias cuando lo use, se acostumbrará sin problema.
Eleva el arenero gradualmente
El segundo paso es ir elevando el arenero poco a poco hasta que quede al mismo nivel que el inodoro. Puedes usar libros, cajas, taburetes o cualquier otro objeto estable que soporte el peso del arenero y del gato. Lo importante es que vayas subiendo la altura de forma gradual, sin saltarte ningún escalón ni hacer cambios bruscos. Así evitarás que tu gato se asuste o se caiga y pierda la confianza.
Acerca el arenero al inodoro
El tercer paso es ir acercando el arenero al inodoro hasta que quede justo encima del asiento. De nuevo, debes hacerlo de forma progresiva, moviendo el arenero unos centímetros cada día hasta llegar al objetivo. Asegúrate de que el arenero quede bien fijado al inodoro y no se mueva ni se tambalee cuando tu gato salte o se baje.
Reduce la cantidad de arena del arenero
El cuarto paso es ir reduciendo la cantidad de arena del arenero hasta que quede solo una capa muy fina. Esto hará que tu gato se vaya desacostumbrando a escarbar y cubrir sus desechos con arena, y se prepare para hacerlo directamente en el agua del inodoro.
Sustituye el arenero por un recipiente con agua
El quinto paso es sustituir el arenero por un recipiente con agua, como una palangana o un bol grande, que encaje dentro del inodoro. De esta forma, tu gato tendrá que hacer sus necesidades en el agua, sin arena ni nada que lo cubra. Es posible que al principio le cueste un poco adaptarse, pero con el tiempo se acostumbrará al sonido y al movimiento del agua.
Haz un agujero en el recipiente
El sexto paso es hacer un agujero en el fondo del recipiente con agua, lo suficientemente grande como para que los desechos de tu gato caigan directamente al inodoro. Puedes usar unas tijeras o un cuchillo para hacer el agujero, pero ten cuidado de no cortarte ni dejar bordes afilados que puedan lastimar a tu gato. El agujero debe ser lo suficientemente pequeño como para que tu gato no pueda meter la cabeza o las patas, pero lo suficientemente grande como para que pueda ver el agua del inodoro.
Amplía el agujero progresivamente
El séptimo paso es ir ampliando el agujero del recipiente con agua poco a poco, hasta que quede solo el borde del recipiente. De esta forma, tu gato tendrá que equilibrarse sobre el borde y hacer sus necesidades directamente en el inodoro, sin ningún tipo de soporte ni ayuda. Es importante que vayas aumentando el tamaño del agujero de forma gradual, sin saltarte ningún paso ni hacer cambios bruscos. Así evitarás que tu gato se asuste o se caiga y pierda la confianza.
Retira el recipiente definitivamente
El octavo y último paso es retirar el recipiente con agua definitivamente, dejando solo el inodoro. En este punto, tu gato ya habrá aprendido a usar el inodoro como si fuera uno más de la familia, y no necesitará ningún tipo de ayuda ni estímulo. Solo tendrás que asegurarte de que el inodoro esté siempre limpio y disponible para él, y de tirar de la cadena después de cada uso.
Felicita y recompensa a tu gato
El noveno y más importante paso es felicitar y recompensar a tu gato por su gran logro. No olvides darle mucho amor, cariño y premios cada vez que use el inodoro correctamente, y hazle saber lo orgulloso que estás de él. Así reforzarás su conducta positiva y su autoestima, y harás que se sienta feliz y satisfecho.
¡Enseñar a tu gato a usar el inodoro es posible!
Como has visto, enseñar a tu gato a usar el inodoro no es una misión imposible, sino un reto posible y muy beneficioso para ti y para él. Solo necesitas seguir unos pasos sencillos y tener mucha paciencia y constancia. El resultado será un gato más limpio, más inteligente y más feliz, y una casa más higiénica, más cómoda y más ecológica. ¿A qué esperas para intentarlo? ¡No te arrepentirás!
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